CON CORAZÓN DE NIÑO....

"Le trajeron entonces a unos niños para que les impusiera las manos y orara sobre ellos. Los discípulos los reprendieron, pero Jesús les dijo: «Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a mí, porque el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos».  Y después de haberles impuesto las manos, se fue de allí." Del Evangelio según San Mateo, capítulo 19.


Empiezo este post con una frase del Evangelio que siempre me quedó grabada en el corazón. Y es que desde que era yo misma niña, la sentí como parte fundamental. Luego, con el tiempo, como catequista y como "fan" de Santa Teresita, se fue dimensionando de otro modo.
Y luego, como observadora gustosa del mundo de los chicos, y particularmente, de mis chicos, esta reflexión me resuena hoy en mi alma de madre.
Dice por ahí un sacerdote querido -tal vez lo dicen varios- que Dios no elige hijos para los padres, sino que elige padres para los hijos. Yo no sé cuál es el que elige para cada cual, pero creo que como padres de nuestros hijos tenemos mucho que aprender de observarlos. En todo caso, usando el dicho de acá es una "win-win situation".
El caso es que hoy fue el primer día de clase de Tadeo. Y mi observación es que con sus 4 años, en estado de "pureza de origen" es, de todos, el que entiende mejor todo esto. Como cuando le dice directamente a Diana, con tono de superado "si nos lo manda Jesús, es para que estemos bien".
Él llegó a su primer día con nervios de estreno, como cualquier otro. Pero luego de dudar un poco al entrar, con total entereza, me dejó ir con naturalidad, como si fuera otro día en su San Antonio querido, sabiendo que la promesa de que la iba a pasar bien, y del pronto reencuentro es cierto.
Con corazón de niño se entiende la promesa: como él sabe que mamá siempre cumple sus promesas -las de premio y la de castigo- comprende perfectamente que Papá Dios cumple cada una de sus promesas. Y que si nos puso en este lugar, es para que también nos abandonemos, como decía Teresita, en sus brazos. Como dice la canción de las misioneras diocesanas:
Como un niño en brazos de su madre quiero vivir confiando en mi Dios y no pretender más que lo que pretende un niño, y esperar en el amor del Señor.
Nosotros, los grandes, lo sabemos en la razón. Pero ellos, los elegidos, lo saben en el corazón.
Nosotros, los grandes, nos dejamos llevar por las voces del mundo... Ellos escuchan a Dios.
Ojalá no perdamos, en esta parte del camino, y en todas las demás la "oreja verde" *

* "Un señor con una oreja verde", es una poesía de Gianni Rodari. Se las recomiendo, la pueden encontrar acá: http://www.laorejaverde.es/joomla/index.php?option=com_content&view=article&id=1:bienvenid-a-laorejaverd  (si el link no funcionara, vale probar en el google.

De YAPA

(Para el eventual lector que no está familiarizado con el lunfardo argentino, la yapa es aquella porción sorpresa, no esperada que alguien nos da)...

Hace muchos años, cuando era preadolescente leí un libro de Robert Fulghum que se llama "Todo lo que realmente necesito saber lo aprendí en el Parvulario" -mi edición era española-

Aquí, lo más memorable, en mi opinión, del propio comienzo del libro:

Todo lo que hay que saber sobre cómo vivir y que hacer y cómo debo ser lo aprendí en el jardín de infantes. La sabiduría no estaba en la cima de la montaña de la universidad, sino allí, en la arenera. Estas son las cosas que aprendí : Compártelo todo. Juega limpio. No le pegues a la gente. Vuelve a poner las cosas donde las encontraste. Limpia siempre lo que ensucies. Pide perdón cuando lastimes a alguien. Lávate las manos antes de comer. Sonrójate. Las galletas calientes y la leche fría son buenas. Vive una vida equilibrada. Aprende algo y piensa en algo. Dibuja, pinta, canta, baila, juega y trabaja cada día un poco. Duerme la siesta. Cuando salgas al mundo, ten cuidado con el tráfico. Tómate de las manos y no te alejes. Permanece atento a lo maravilloso. Recuerda la pequeña semilla en el vaso, las raíces bajan y la planta sube y nadie sabe realmente cómo ni por qué, pero todos somos así. Los peces de colores, los ratones blancos e incluso la pequeña semilla del vaso, todos mueren y nosotros también. Recuerdo una de las primeras palabras que me enseñaron, una muy grande : mira. Todo lo que necesitas saber está allí, en alguna parte. La regla de oro, el amor y la higiene básica. La ecología y la política, la igualdad y la vida sana. Toma cualquiera de estos ítems y tradúcelo en términos adultos sofisticados y aplícalo a tu vida familiar o a tu trabajo, a tu gobierno o a tu mundo y se mantendrá verdadero, claro y firme. Y aún es verdad, no importa cuan viejo seas, que al salir al mundo es mejor tomarse de las manos y no alejarse demasiado”.
Robert Fulghum

Comentarios

  1. Qe lindo Andre, todo lo que contas.... siempre admire tu forma de escribir, es maravillosamente clara, y profunda. Quien te dice que en esta parte del camino no resultas toda una escritora. Realmente un abrazo, desde esta parte del mundo y un 10 ! Felicitado!!! Me encanto!!! Prometo ser fiel seguidora.... quiero masssssssssssssss. Besos

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