Todo a pulmón...
Este post va con todo mi amor, para mi compañero de camino...
Hoy se cumplen 6 meses de este nuevo camino. Y parece que, como casi todo lo demás, vos y yo lo vivimos distinto. En eso, como siempre digo, está la gracia del matrimonio. Si fuéramos igualitos, qué aburrido... si ya te adivino las sorpresas.
Dice Lerner, en su clásico:
"Que difícil se me hace
Mantenerme en este viaje
Sin saber a dónde voy en realidad
Si es de ida o de vuelta
Si el furgón es la primera
Si volver es una forma de llegar.
Mantenerme en este viaje
Sin saber a dónde voy en realidad
Si es de ida o de vuelta
Si el furgón es la primera
Si volver es una forma de llegar.
Qué difícil se me hace
Cargar todo este equipaje
Se hace dura la subida al caminar
Esta realidad tirana
Que se ríe a carcajadas
Porque espera que me canse de buscar.
Cargar todo este equipaje
Se hace dura la subida al caminar
Esta realidad tirana
Que se ríe a carcajadas
Porque espera que me canse de buscar.
Esta canción, tan bella, Ale Lerner la escribió hace muchos años. Se supo luego que él se convirtió al cristianismo. Me pregunto, cómo la escribiría hoy. Porque si bien sus hermosas palabras -sólo superadas por su hermosa música- reflejan mucho de lo que uno siente en el camino, tienen una parte que se llena desde otro lugar.
Leía hace un rato, aquí "No es que Dios quiera que tengamos temor, sino que nos invita a confiar plenamente en Su Providencia porque "sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman" (Rom 8, 28) y por ello el salmo que reza "Dichoso el hombre que pone en Dios su confianza" (Sal 40, 4) Pareciese que siempre tiene un as bajo la manga para sorprendernos. Y sí, así es Él.
Esta parte es la que le falta a la canción. Como decía antes, el proceso de cada uno de nosotros es distinto. Yo no tengo lugar para la nostalgia hoy. Y no es que no esté extrañando. Pero creo que el momento de hoy es el del balance, chiquito, de pequeñas cosas que vivimos gracias a esto. El poder verse desde afuera en muchas situaciones, que es, desde ya, una gran bendición. El poder recuperar la propia historia, la de la bandera de Belgrano, la de los corazones de muchos que permitieron que hoy uno sea quién es. Creo que el momento de hoy es el del abandono confiado, esperando, orando, buscando la voluntad de Dios en el día a día.
En estos seis meses, viejos amigos partieron de nuestras vidas, amigos desde hace poco se han vuelto esenciales en la vida. Llegaron, nuevos amigos, a enseñarnos cada vez más de la riqueza de las diferencias. En nuestro hogar crecimos todos, en muchos sentidos, dejamos cosas que no nos daban luz, pero muchas otras se enriquecieron en la ausencia. Contemplamos las familias grandes con otros ojos, y abrimos mejor los ojos a la contemplación de la familia chica. Vimos como dos de nuestros hijos aprendieron a pelearse en un idioma nuevo y como el tercero pasó de celulitas a una persona que ondea en mi vientre con la fuerza de la vida nueva. Renovamos la fe, ya no tan regaladita como cuando estábamos en casa... vivimos en carne propia la persecución de la Iglesia aquí mismo, no en Oriente; Aprendimos a desayunar en familia, a tener más ratos de juego; descubriste el tiempo de darte el gusto de llevar al club a tu varoncito para correr atrás de la pelota.
Aprendimos también que podés tan bien como yo, pero a tu manera, estar a cargo de los chicos y que todos sigan contentos...
Y todo a pulmón, todo a pulmón.
Todo a pulmón, sabiendo dónde buscar nuestro oxígeno, de esa respiración, de esposos, que es un solo Aire. Aire, vida, Espíritu.
¿Qué son seis meses en la vida? Una página en nuestras biografías. Una eternidad en el Amor... una pequeña parte en la promesa.
"Porque Yo conozco muy bien los planes que tengo proyectados sobre ustedes:
son planes de prosperidad y no de desgracia,para asegurarles un porvenir y una esperanza." (Jer 29, 11)
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