Entre a mi pago sin golpear....
Fue mucho mi penar
andando lejos del pago,
tanto correr
pa' llegar a ningún lado.
Si estaba donde nací
lo que buscaba por ahí...
Para aquellos lectores fieles que reclamaban un post, viene esta postal de invierno nevado, aunque con aroma de campo argentino...
"Es oro la amistad
que no se compra ni vende,
sólo se da
cuando en el pecho se siente.
No es algo que se ha de usar
cuando te sirva y nada más.
Así es como se dan
en la amistad mis paisanos,
sus manos son
pan cacho y mate cebado.
Y la flor de la humildad
suele su rancho perfumar."
Agradezco a Dios esas personas que me llenan el alma, que son vacuna contra el shock cultural, que son las estrellas de mi pago que me iluminan en el camino. Esas que están invitadas, una y otra vez, para que entren a mi pago sin golpear.
"Mi pueblo es un cantor
que canta la chacarera,
no ha de cantar
lo que muy dentro no sienta.
Cuando lo quiera escuchar
entre a mi pago sin golpear."
andando lejos del pago,
tanto correr
pa' llegar a ningún lado.
Si estaba donde nací
lo que buscaba por ahí...
Para aquellos lectores fieles que reclamaban un post, viene esta postal de invierno nevado, aunque con aroma de campo argentino...
Como siempre, venía rumiando y gestando este post hace varios días, y ahora lo comparto con ustedes, con esta hermosa canción que le sirve de marco, y termina de cerrar la idea. Esta canción acompañó muchas noches de grupos juveniles, en la voz de un grupo de amigos parroquiales, y volvió en estos días al corazón.
Es curioso, pero siento que esta letra, de alguna forma, acompaña el proceso que estamos viviendo, en esta aventura de expatriados. Hace algunos días, tuvimos lo que llaman el "cultural training". Algo que esperábamos sin ganas, pero fue interesante aprender. Nos explicaron un poco el proceso interno que pasan las personas que se mudan de una cultura a otra. Las distintas etapas y síntomas del cambio. Las distintas reacciones personales ante el "shock" que implica la nueva cultura.
Hubo, entre todo, una metáfora de las formas de relacionarse "a la argentina", y la "american way". La imagen sobre nuestra cultura es que somos como un coco. Tenemos una cáscara un poco más dura, y un centro blandito. Cuando una persona pasa la cáscara, entra a nuestro círculo de ternura, y es parte nuestra. En cambio, la cultura amistosa norteamericana es más parecida a un durazno: muy permeable desde afuera, pero adentro hay un carozo duro, que casi no se penetra.
Así, cuando nosotros nos damos, nos llegan al corazón: para lo bueno y para lo malo. Por eso también, salimos más heridos cuando el que creimos amigo nos decepciona.
Como dice la canción:
que no se compra ni vende,
sólo se da
cuando en el pecho se siente.
No es algo que se ha de usar
cuando te sirva y nada más.
Así es como se dan
en la amistad mis paisanos,
sus manos son
pan cacho y mate cebado.
Y la flor de la humildad
suele su rancho perfumar."
Lo interesante es que mi concepto de "pago" tiene que ver con lo que nos explicaron como el resultado final de la adaptación del expatriado. Es algo así: cuando uno ya dejó de rechazar la nueva cultura, o en su caso, cuando pasás la fascinación inicial por todas las "maravillas" del nuevo lugar, ese deslumbramiento; cuando recuperaste en tu corazón y en tu mente aquellos valores de tu propia cultura y los reafirmaste como algo tuyo, allí llega un nuevo estadío, que es cuando creás tu propia cultura: en nuestro caso, tal vez no ser totalmente argentinos ni totalmente norteamericanos, sino una mezcla de ambos, tomando lo más valioso -para nosotros- de cada ambiente cultural. Y entonces, tenés esa propia cultura, y ahí es donde veo "mi pago".
Hoy no sé dónde nos van a llevar los caminos del Señor en los próximos años. En realidad, como diría San Pablo, somos hoy ciudadanos del mundo, y el pago entonces, es para nosotros nuestro propio corazón. Ese es el lugar donde pueden entrar sin golpear aquellos que son parte de nuestro corazón, los que hacen "nuestro pago". Hoy tenemos la riqueza de las personas que están acá, en el pago interno del alma, y que hacen que la vida sea plena, a pesar de las cosas que faltan y las que sobran. Son la cura a los síntomas del expatriado, porque, más allá de todo shock cultural, te tienden la mano como el paisano descripto en la canción. Somos dichosos, hoy, de sembrar y cosechar aquí y allá. ¡Somos dichosos en la amistad globalizada! Y eso nos protege de las depresiones y melancolías. El corazón se te hincha en el pecho cuando los amigos te escriben cartas de carne y hueso o emails de corazón, buscan herramientas tecnológicas y se toman un mate "online". Y el corazón se te hincha también, cuando tenés la recompensa de conquistar los "corazones de durazno" con un mate en la mano, de compartir a nuestro manera, con gente que hace unos meses nomás, no conocías.
"La vida me han prestado
y tengo que devolverla,
cuando el Creador
me llame para la entrega.
Que mis huesos, piel y sal
abonen mi suelo natal."
y tengo que devolverla,
cuando el Creador
me llame para la entrega.
Que mis huesos, piel y sal
abonen mi suelo natal."
Y de esta vida prestada, lo mejor que creo que podemos hacer, es devolverla con creces. Digo, tratar de ser abono para los retoños propios, y para aquellos que cruzamos en el camino. Y para hacerlo, no esperar hasta "la entrega". Dar un poco de uno mismo cada día. En lo poco y en lo mucho. Lo maravilloso es que cuando te das, estás un poco en el corazón de aquel que te recibe, entonces estás multiplicado en muchos lugares, y a su vez, tenés ese pedacito de la gente que te quiere dentro tuyo. Y que contribuye una vez más, a que seas quién sos hoy. El riesgo es perder un poco de vos en el otro, pero la recompensa es tanto más grande! Y entonces, gratamente, cuando alguien se llevó un pedacito tuyo sin valorarlo, vuelve a vos un pedazo que trae alguien que te complementa.
Agradezco a Dios esas personas que me llenan el alma, que son vacuna contra el shock cultural, que son las estrellas de mi pago que me iluminan en el camino. Esas que están invitadas, una y otra vez, para que entren a mi pago sin golpear.
"Mi pueblo es un cantor
que canta la chacarera,
no ha de cantar
lo que muy dentro no sienta.
Cuando lo quiera escuchar
entre a mi pago sin golpear."
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